Que más da que llores, que más da que rías, que más dará todo, si no lo sientes de verdad, me dan igual miles te quiero mientras no los digas enserio. Prefiero escuchar que no me quieres antes que mil mentiras, porque, ¿sabes que? que no creo en las lágrimas de cocodrilo, y ¿sabes que más? que quien te falla una vez, lo puede hacer otra vez.
Ya sé que es duro, lo sé mejor que nadie, que quieras a alguien con locura, como nunca has querido a nadie más, que tengas ganas de abrazarla, tenerla siempre contigo, y no poder soltarla por miedo a no volver a sentir su calor, pero luego ocurre, bajas de las nubes chocándote contra el suelo de la estupidez y te tomas una dosis de cruda realidad, al principio lloras, no puedes soportarlo, el mundo se te viene encima, pero al final, te vas acostumbrando, te acostumbras a ese mundo estúpido y falsa al que llamamos realidad, te acostumbras a la soledad, porque te das cuenta a partir de ese momento, en que ya no tienes a nadie, ni siquiera a esa persona a la que quieres como a tu vida, y tienes que aceptarlo, no te quiere, por mucho que diga, que llore, que ria, que te cuente, no es verdad, no te engañes, tendrá sentimientos, no te digo que no, pero la amistad, no la siente por nadie, amor igual si, o cariño después de 9 años como hermana...
En esta vida tienes que aprender la dura lección de cerrar la boca y sonreír
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