entradas mas populares

viernes, 19 de agosto de 2011

amor-odio

Recibía impulsos incontrolables de amor y seguidamente de odio. Amor-Odio, amor-odio, amor-odio. Era un cansancio extremadamente agobiante pues yo no tenía ya ningún poder sobre la situación y la impotencia mordía todo mi ser.
De repente todo se cayó al vacío, a la inexistencia, a la nada. Ya no había nada, no sentía nada, cero, fin. Y entonces acabé creyéndome la típica frase de un clavo saca otro clavo, pero este último debía ser más grande y más fuerte. Esto hizo posible convertir el viejo amor-odio en telarañas que decoraban el desván de mi alma. Apretaba tan fuerte que el dolor ya no aguantaba en su jaula fría y oscura y acabó saliendo de mi cuerpo a gritos.
Yo le grité al cielo mil veces mi sufrir y ninguna tuvo respuesta pues ya todas las noches de luna y estrellas se las había llevado ese maldito clavo sigiloso... se las llevó a su vez con mi corazón atado a una cadena de enormes espinas durante dos eternidades sin fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario